2025-02-25

13 de febrero Día contra la tortura

Un año más, llega el 13 de febrero. Este día es el Día contra la Tortura en Euskal Herria, ya que ese día de 1981 falleció como consecuencia de las torturas sufridas durante la detención del militante de ETA Joxe Arregi.

Todos los sistemas de dominación que han existido durante siglos han servido para que una clase domine a otra. La clase dominante ha ejercido el control social y la alienación de tomar bajo sus pies al dominado y ha sido capaz de cualquier cosa para reprimir a la disidencia. Sí, cualquier cosa. Asesinatos, amenazas, chantajes, palizas, seguimientos… y también tortura. Los Estados español y francés han hecho todas las cosas mencionadas anteriormente con la intención de aplastar a la disidencia política vasca. 

Como bien sabemos, el caso de Joxe Arregi no es el único, el Estado español ha utilizado sistemáticamente la tortura contra los militantes vascos y para ello tenía preparada toda una maquinaria: primero los policías que las ejecutaban, después los jueces que hacían oídos sordos a las torturas, los fiscales, los forenses de los juzgados y los abogados de oficio que se callaban ante los policías. La tortura ha sido un método prescrito por políticos profesionales, silenciado por los medios de comunicación y la opinión pública que ellos y los grandes empresarios manejaban. 

Es muy significante que los diferentes juzgados burgueses de la Unión Europea también han puesto de manifiesto el carácter torturador implacable del Estado español, pero eso no ha sido suficiente para dejar de torturar. Hoy en día, cuando el conflicto armado ha terminado y estamos en una nueva fase, el enemigo no tiene necesidad de utilizar la tortura contra los militantes revolucionarios vascos, pero eso no quiere decir que no la vaya a utilizar en el futuro y cuando lo necesite. 

Sabiendo todo esto, no es paradoja que la primera víctima de Euskadi Ta Askatasuna fuese el torturador Melitón Manzanas. La tortura es y ha sido dura, pero la resistencia vasca también ha respondido con dureza a la tortura y a los torturadores. Todos conocemos las torturas al joven ondarrutarra Andoni Arrizabalaga, porque Telesforo Monzón escribió el poema titulado Itziarren semea, cantado por Pantxoa ta Peio y sabemos cómo aquel joven no «cantó» nada. Son famosos el caso de Joxe Arregi o la foto del rostro magullado de Unai Romano o las fotos de la espalda golpeada de Iratxe Sorzabal. Sin embargo, miles de vascos han sido torturados en nuestra historia reciente, casi 10000 según la documentación de la Euskal Memoria. 

La tortura, como se ha señalado anteriormente, ha tenido una impunidad total, ha sido tabú para algunos partidos y medios de comunicación y los miles de casos de tortura denunciados ni siquiera han sido juzgados, los que la han denunciado han sido perseguidos y han sido juzgados ellos mismos. Autoinculpaciones, denuncias, etc. firmadas bajo tortura han servido de prueba para que cientos de militantes vascos hayan sido juzgados y declarados culpables con condenas de miles de años de cárcel. Ha habido torturadores conocidos y profesionales, y por desgracia hay lugares de tortura conocidos como Intxaurrondo o La Salve. Desgraciadamente Intxaurrondo es el mayor centro de tortura que ha habido en Europa. 

Sin embargo, estos psicópatas que practicaban los métodos más duros y duros de tortura a los militantes vascos han sido condecorados, los estados les han dado medallas, sueldos de por vida… 

Grupos de defensa de los derechos humanos, títeres como Amnistía Internacional, tribunales y similares han hecho oídos sordos en muchas ocasiones ante los casos de torturas a militantes vascos. Y con esa legitimidad e impunidad han actuado los torturadores. 

Hay que decir que la tortura ha sido una amenaza o un miedo terrible para todo aquel que quiera militar. Una herramienta o mecanismo excepcional para generar miedo y terror. Y, por desgracia, podemos decir que muchas veces los Estados han conseguido su objetivo, al menos en parte, de mantener a la gente inmóvil a través del miedo. 

También hay que hablar de las consecuencias de sufrir tortura. La tortura deja múltiples secuelas físicas y psicológicas que son de por vida. 

Por último, no podemos olvidar a los militantes políticos encarcelados, deportados o en el exilio por luchar contra la tortura y las demás opresiones. Además, como se ha dicho anteriormente, no podemos olvidar que las penas de cárcel de muchos de ellos se basan en testimonios conseguidos mediante torturas. Tinko muestra su solidaridad y apoyo a todas las personas que de una manera u otra han sufrido las consecuencias de la tortura y reclama una amnistía total para todos aquellos que están cumpliendo condena por luchar.